Eché un vistazo rápidamente por el borde superior de mi gorra con la cual pretendía hacerme pasar por dormido, vi como la arrastraron hacia el auto apresuradamente y solo quise olvidar sus ruidos de hace algunas horas antes, ella fue mi compañera de estudio durante muchos años, desde la infancia y solo podía recordarla en un rincón del aula haciendo garabatos en la parte de atrás de los cuadernos de física o historia, sus cabellos dorados la hacían ver como el tipo de mujer que jamás verías en un lugar como este, la recordaba tan pequeña, tan dulce, con esos enormes ojos verdes que te harían perder una eternidad entre las hendiduras de su pupila, así, en ese insignificante aspecto puedo recordarla tapar su boca mientras soportaba los últimos minutos para bajar al árbol a encender otro cigarro, era tan diferente su sabor entonces, en lo indebido de sus hábitos. Supe entonces que pasaría un largo tiempo antes de volvernos a encontrar, y quien diría, la poca precisión que tiene el destino al inventarse reencuentros.
Por alguna razón, todos sabíamos que esa pareja no le haría bien, ella era muy manipulable, y tarde o temprano hubiese pasado lo mismo, tanto como que ahora, en lugar de correr a ayudarlo a cargar su cuerpo, solo voy a limpiar su vomito y dejarlos marcharse…